La Hermandad de Emigrantes volvió a pisar las calles de Huelva para iniciar la celebración de sus 50 años
Arrancaron los actos conmemorativos del 50º aniversario de la Real Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío. Tras el aplazamiento del programa de actos a causa de la pandemia, los rocieros iniciaron este año tan especial sacando a su Simpecado a las calles de Huelva para celebrar en la Santa Iglesia Catedral una Misa que sirvió como apertura de esta efeméride.
A sones de los tamborileros y con el campanil de la capilla anunciando la salida a toda Huelva, la Concha Peregrina abandonaba su sede y se iniciaba el traslado popular hasta el primer templo de la diócesis. El cortejo que antecedía al Simpecado lo abría el grupo de tamborileros de la hermandad, seguido de la cruz alzada y hermanos de la filial onubense portando las diferentes insignias de la hermandad. Tras ellos varias hermandades del Rocío de la provincia que guardan vinculación con la de Emigrantes como Huelva, Rociana, Ayamonte y Cartaya quedaban representadas, así como las autoridades civiles y militares de la ciudad que no quisieron faltar a esta cita.
Tras el Simpecado, iluminado por una pareja de faroles e inciensado en todo momento por los acólitos, el coro de Emigrantes y numerosos hermanos y rocieros acompañaban a la comitiva a lo largo de la breve distancia que separan la casa hermandad de la Catedral. Entre vivas y cantes por sevillanas la Hermandad llegó a la Merced para celebrar la Santa Misa.
La Eucaristía estuvo presidida por D. Jaime Jesús Cano, director espiritual de la hermandad y párroco de la Merced y contó con el acompañamiento musical del Coro de la Hermandad. Durante la misma el Simpecado quedó entronizado junto al altar mayor de la Catedral. En su homilía, D. Jaime Jesús Cano agradeció la presencia de las autoridades y hermandades a la Misa y recordó durante el nacimiento de la hermandad en la ciudad alemana de Bocholt. Asimismo, señaló que “hoy Huelva se llena de Rocío” con este inicio de la celebración del cincuentenario de la filial rociera.
Tras la misa se realizó el traslado de regreso a la casa de hermandad, donde el Simpecado de la Concha Peregrina entraría al son de la Salve de Emigrantes y los vivas a la Virgen del Rocío de un emocionado hermano mayor.