La Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús rezó el Vía Crucis junto al Cristo de la Humildad
Pese a la proliferación de cultos y actos en fechas previas a la Cuaresma, es una vez llegada ésta cuando los cultos eclosionan junto al florecer del azahar, llenando la agenda cofrade de numerosos actos cada semana. Es el caso del Vía Crucis parroquial del Sagrado Corazón de Jesús, que en la tarde noche de ayer presidió el Cristo de la Humildad de la Hermandad de la Victoria.
La feligresía del Polvorín volvía a echarse a la calle, calles que en el caso del Señor de la Humildad hacía cuatro años que no pisaba. A las ocho de la tarde, tras la misa parroquial, se iniciaba el piadoso rezo. La antigua cruz de guía de la cofradía abría el cortejo que integraba un nutrido grupo de hermanos portando cirio. Junto a ellos se encontraban las demás hermandades de la parroquia, integrándose también en el cortejo la reliquia del Lignum Crucis de la cofradía, portada por una acólito e iluminada por cuatro hachetas. D. Feliciano Fernández, párroco del Corazón de Jesús, fue el encargado de guiar el rezo. El Señor era acompañado por los sones de la capilla musical San Jorge, de Palos de la Frontera.
Nuestro Padre Jesús de la Humildad era portado en unas nuevas andas realizas para la ocasión por el equipo de priostía de la Hermandad, iluminada por los fanales de su antiguo paso de plata y exornada con un monte silvestre de claveles y orquídeas, monte que con el discurrir del Vía Crucis fue llenándose de claveles que los fieles iban arrojando a su paso. La imagen vestía de estreno túnica brocada en tonos blanco roto y marfil, cordonería y un broche realizado por Orfebrería Bernet, todo ello ofrendado por su Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Humildad. Sobre sus sienes portaba las potencias de oro que realizara el joyero cordobés Diaz Roncero.