Jornada de vísperas y confraternidad en el Santuario Diocesano de la Cinta
A pocas horas de que la Virgen de la Cinta abandone sus muros recién encalados, el Santuario Diocesano de la Cinta se convirtió en la tarde de ayer en punto de encuentro de la devoción cintera en vísperas de la bajada de la patrona. La hermandad patronal celebró una eucaristía y posteriormente un encuentro con sus hermandades filiales.
En el interior del templo todo estaba preparado para la bajada de la Virgen de la Cinta, encontrándose ya la talla que realizara Benito de Hita y Castillo fuera de su retablo, aguardando al momento en el que sea trasladada a sus andas procesionales. Con el sol de la tarde poniéndose entre los arcos del claustro, despidiéndose por unas semanas de la Virgen Chiquita, dio comienzo la celebración de la Santa Misa, presidida por el rector del santuario D. Andrés Vázquez. Acudieron a esta celebración las representaciones de las hermandades filiales de Madrid y La Laguna, así como la del grupo de devotos que está reactivando la hermandad de filial de Sevilla. Durante esta misa la hermandad realizó la imposición de medallas a los nuevos hermanos, que rondaban las cuatro decenas.
Al finalizar la eucaristía y antes de que la cuadrilla de costaleros trasladaran el paso de la Virgen de su capilla expositora al claustro del santuario, los remozados jardines que fueron bendecidos el pasado año acogieron un ágape de convivencia entre los hermanos de las distintas filiales. Todo quedaba ya preparado para que el reloj marcara las 6 de la mañana del tercer domingo de agosto.