Una marea de peregrinos parte hacia el Rocío al grito de Huelva Huelva
Huelva ya está en las arenas. La Hermandad del Rocío de Huelva se despidió ayer jueves de su ciudad, partiendo al encuentro con la Blanca Paloma. Comenzaba a caminar esa marea humana que lleva tras de sí el Simpecado onubense que entrará en la aldea en la tarde noche de este viernes de romería.
El obispo de Huelva, D. Santiago Gómez Sierra, celebró al igual que hiciera la jornada anterior en la Hermandad de Emigrantes la Misa de Romeros de la filial onubense, previa a la salida. Cohetes anunciaban en el cielo desde primera hora que en pocos minutos la filial más numerosa iniciaría su caminar. Cientos de romeros llenaban la pequeña capilla, mientras a las puertas de la casa hermandad aguardaba la carroza. Culminada la eucaristía, llegaba el momento de entronizar el Simpecado en su trono de plata. Cinta Rocha, hermana mayor de la romería del presente año, tomaba en sus manos el Simpecado para llevarlo hasta la carroza e iniciar, así un nuevo Rocío para los peregrinos onubenses.
Un Simpecado y una carroza que lucían sin igual, tras la restauración que durante los últimos meses ha realizado sobre ambas piezas el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Con unos emocionados vivas a la Virgen en la voz quebrada de la hermana mayor el Simpecado quedaba dispuesto en la carroza y todo quedaba listo para empezar a caminar. Con un «¡Manuel, vámonos!» la ciudad puso rumbo a las arenas, al encuentro con la Virgen del Rocío.
Como es habitual, fueron muchos los onubenses que desde las aceras despedían a la hermandad, entregándose ofrendas y ramos al paso del Simpecado por cada una de las calles del recorrido. En la Plaza del Punto tuvo lugar la despedida institucional a la hermandad, con la carroza frente por frente al monumento a la Virgen del Rocío.
