María Santísima de la Amargura recibió el amor de las futuras generaciones de corazones moraos
Tarde de ternura y emoción la vivida en el día de ayer en el interior de la Parroquia de la Purísima Concepción. Ternura en los ojos de los más pequeños que fueron presentados ante María Santísima de la Amargura. Emoción en los corazones de los hermanos del Nazareno que continúan tachando días del calendario hasta llegar al 17 de junio.
La cofradía de la Madrugá celebró en este año especial de la coronación canónica de su titular la festividad de la Candelaria con el rezo del Vía Lucis por las naves de la Concepción. Un rezo que estuvo precedido por la presentación de los niños ante la Virgen, momento en el que el hermano mayor de la corporación nazarena entregaba a cada uno de los pequeños una vela que iluminaría más tarde el caminar de la Virgen.
A hombros de sus hermanos costaleros, María Santísima de la Amargura recorrió las naves del templo mientras se daba lectura a los diferentes encuentros del Vía Lucis. Un nutrido número de hermanos con cirios antecedían a las andas, mientras que el toque musical lo ponía desde el coro las notas del órgano. La Virgen de la Amargura era portada en unas sencillas andas exornadas con liliums blancos a los pies de la dolorosa. La imagen que realizara Ramón Chaveli vestía saya bordada en oro sobre tisú de plata por las Madres Adoratrices y manto blanco, luciendo sobre sus sienes un aro de estrellas y una tiara donada por una devota. Con su mano diestra sostenía una vela bautismal.
