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La Hermandad de Emigrantes se posó a las plantas de la Virgen del Rocío un año más por noviembre

La Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío realizó en la mañana de ayer su tradicional peregrinación extraordinaria. Un acto en el que los rocieros de Emigrantes volvieron a reencontrarse con la Blanca Paloma y que regresaba a la aldea, donde no se celebraba desde el año 2019 debido a la estancia de la Virgen en su pueblo de Almonte.

Pasaba la una de la tarde cuando el Simpecado de la Concha Peregrina hacía su entrada en el Santuario, en una jornada más veraniega que propia del mes de noviembre. A los sones del coro de la hermandad, el Simpecado recorrió toda la nave del templo hasta llegar al altar mayor, para ponerse frente por frente a la Virgen del Rocío. Minutos antes de iniciarse la eucaristía tuvo lugar la salida de la comitiva de la filial onubense desde su casa hermandad, marcando el paso el coro de tamborileros. Un largo cortejo en el que lucían las diferentes insignias y banderas de la hermandad, acompañadas por distintas hermandades como la de Huelva o la de Rociana, madrina de Emigrantes.

Como es habitual en la hermandad de las flores, grandes ramos y cestas con centros de flores, en su mayoría en los tonos rojos y amarillos propios de la hermandad, fueron ofrendados a la Virgen y dispuestos a los pies de su altar. Diferentes autoridades civiles y militares estuvieron también presentes en la peregrinación extraordinaria, acompañando a la junta de gobierno y a la hermana mayor, Cristina Serrat, en la presidencia de la comitiva. La misa fue oficiada por el vicario episcopal para la Administración de los Bienes Diocesanos y Relaciones Institucionales y director espiritual de la Hermandad de Emigrantes, D. Jaime Jesús Cano

Sergio Borrero
Director de CuartoTramo.com, el diario digital cofrade onubense. Hermano de la Hermandad de la Borriquita

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