La Virgen de la Cinta inunda de fe los corazones de todos sus hijos onubenses

Llegó el 7 de septiembre, vísperas de la festividad de la Natividad de la Virgen, y con él llegó la Procesión Solemne de Nuestra Señora de la Cinta por las calles de Huelva. Una procesión la de este año 2023 que quedará para la historia, por lo especial de su itinerario causado por las obras de peatonalización del centro de la ciudad.

Desde la Parroquia de la Purísima Concepción, donde se ha celebrado este año la popular novena a la patrona de Huelva, partió el largo cortejo de representaciones que antecedía a la Virgen. Con las ocho de la tarde marcadas en el reloj de la torre y bajo un cielo cubierto de nubes que suavizaron la temperatura, los distintos guiones de las hermandades de gloria y penitencia de la ciudad se perdían la calle Concepción adelante. Tras ellos las autoridades civiles y militares, con la alcaldesa de Huelva y el presidente de la Diputación bajo mazas.

Cerraba el cortejo, tras la presidencia y antecediendo al cortejo litúrgico, el obispo de Huelva, D. Santiago Gómez Sierra, acompañado por el cabildo catedralicio. Don Santiago portaba en su pecho la medalla de oro de la hermandad, impuesta en la tarde del pasado día 6 durante su nombramiento como hermano mayor honorario de la cofradía.

La Virgen de la Cinta salía a las calles de Huelva a los sones del himno nacional acompañado por las palmas y los vivas del pueblo. Nardos y rosas blancas exornaban el templete de plata y aromatizaban cada una de las calles del recorrido. La imagen que realizara Benito de Hita y Castillo lucía los atributos de su coronación canónica. A los mandos de José Ramón Romero, la cuadrilla daba los primeros pasos de una procesión por el casco histórico de la ciudad que nos dejaría estampas inéditas.

A las puertas del Ayuntamiento de Huelva y de la Diputación de Huelva se rindieron sendos tributos a nuestra patrona, coincidiendo con el centenario del nombramiento de ambas instituciones como hermana mayor honoraria. A los sones de la coral de la catedral y del coro de campanilleros respectivamente y bajo sendas lluvias de pétalos, la Hermandad de la Cinta hizo entrega a Pilar Miranda y David Toscano de la medalla de la corporación como renovación de aquel nombramiento cien años después.