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Huelva rezó el Vía Crucis junto a la imagen del Santísimo Cristo de la Redención

Con una semana de retraso a causa de las inclemencias meteorológicas, Huelva rezó su Vía Crucis. Este rezo común de todas las hermandades de penitencia de la ciudad que en este año estuvo presidido por la imagen del Cristo de la Redención en la oscuridad del Huerto Paco.

A las ocho de la tarde se abrían las puertas del templo de Cristo Sacerdote. Un templo que por primera vez vive de manera plena una Cuaresma, tras su bendición el pasado año en mitad de la misma, y que ha sido el motivo fundamental para que el Vía Crucis oficial se rezara en su entorno, presidido por la imagen titular de la cofradía de la Redención. Con las farolas apagadas, en mitad de la oscuridad, el cortejo comenzaba a abandonar el templo iluminado tan solo por la luz de sus cirios. La cruz de guía de la cofradía del Domingo de Ramos era seguida por las representaciones de todas las hermandades que integran el Consejo. Cerraba el cortejo la reliquia del Lignum Crucis y la presidencia, en la que acompañaban a la junta de gobierno de la Redención el presidente del Consejo, Antonio González; la presidenta del Puerto, Pilar Miranda; y el alcalde de nuestra ciudad, Gabriel Cruz.

Delante de las andas que portaban al Señor nos encontrábamos al obispo de la Diócesis de Huelva, D. Santiago Gómez, acompañado por el delegado de hermandades y párroco de Cristo Sacerdote, D. Andrés Vázquez. El Cristo de la Redención vestía su túnica de salida y era portado sobre unas andas cedidas por la Hermandad de San Pedro de Baena e iluminado por los candelabros del paso de la Hermandad de la Soledad. Eran estos puntos de luz los únicos que iluminaban el semblante de la imagen que realizara Elías Rodríguez Picón.

A los sones de la Coral de la Merced, las diferentes estaciones del Vía Crucis se fueron rezando a lo largo de los dos sentidos de la calle Cristo de la Redención. Unas estaciones marcadas por las cruces de guía bajo unos pequeños doseles burdeos de diferentes hermandades con alguna vinculación histórica con la cofradía organizadora. El rezo, que duró casi las dos horas, terminó con la reflexión de nuestro obispo a las puertas del templo, poco antes de que la saeta de Ana de Caro rompiera el silencio de los fieles asistente mientras el Santísimo Cristo de la Redención retornaba a su sede canónica.

Sergio Borrero
Director de CuartoTramo.com, el diario digital cofrade onubense. Hermano de la Hermandad de la Borriquita

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