Así han sido los últimos cambios de hábitos nazarenos en las hermandades onubenses
La Hermandad de la Victoria celebrará mañana día 13 un cabildo extraordinario para modificar, si así lo votan sus hermanos, su hábito procesional. Un cabildo no exento de polémica, ya que en 2018 se intentó el cambio y, pese a que la mayoría de votos fueron favorables, no se alcanzó los dos tercios necesarios para aprobarlo.
El hábito, que los hermanos han podido apreciar durante los días previos en la casa hermandad, supone un importante cambio estético para la cofradía. La nueva propuesta es muy similar a la rechazada hace tres años, variando tan solo el tono de azul, que ahora se muestra más claro, y eliminando el escudo del morrión. Consta de túnica y capa de sarga color crema y morrión de terciopelo azul real. La túnica se completaría con botonadura azul y cíngulo en azul y dorado. Un hábito muy similar al que la joven Hermandad del Prado estrenará el próximo Viernes de Dolores.
El cambio de los hábitos procesionales es una constante que se viene repitiendo en los últimos años en nuestras cofradías. Cambios que fundamentalmente han ido eliminando el raso de nuestras túnicas y que han servido para instaurar unos cortes, patrones y colores que den uniformidad al cortejo. Así, han mantenido su hábito pero sustituyendo el raso por la sarga hermandades como la Borriquita, la Sagrada Cena, el Cautivo, el Descendimiento, el Santo Entierro o la Soledad.
En otros casos el cambio de hábito también ha traído, además de la sustitución del tejido, el cambio de colores en algunas prendas. Son los casos del cambio de la capa verde por la blanca en las Tres Caídas, de la capa verde por la morada en Pasión o de las capas moradas y verdes de la Esperanza por la blanca (además del morrión de terciopelo). La Hermandad de los Judíos recuperó su habito juanmanuelino añadiendo la capa y el caso más llamativo es el de la Hermandad de la Redención, que modificó totalmente su hábito tanto en colores como en morfología.