El Cristo del Perdón de San Pedro ya recibe culto en la nave de la epístola
El Crucificado del Perdón de la Parroquia Mayor de San Pedro ya recibe culto en su ubicación definitiva. Tras años en el anonimato, conocido solo por aquellos fieles que accedían a la sacristía del templo, esta imagen datada a comienzos del s.XVI ha sido colocada en su nuevo altar, ubicado en el muro de la epístola.
El altar ha sido realizado en el taller del carpintero onubense y prioste de la Hermandad del Descendimiento Alonso García. De trazas neoclásicas y barnizado en madera oscura con apliques dorados, el retablo se configura a modo de marco, quedando el crucificado en el centro dispuesto sobre un fondo burdeos. Dos candelabros de forja y un remate con el emblema de la Parroquia Mayor de San Pedro rematan el conjunto. Este nuevo altar se dispone en la nave de la epístola, entre los retablos del Señor Cautivo y la Virgen de la Resignación, lugar que hasta hace unos meses ocupaba el óleo de un Nazareno. El crucificado llega a esta nueva ubicación tras pasar en los últimos dos años por el coro de la iglesia, donde fue colocado en la Semana Santa de 2021, y el altar mayor, donde estaba desde esta pasada Cuaresma, creciendo desde entonces la devoción a esta imagen.
El Cristo del Perdón llegó a nuestra ciudad en 1936, para paliar la ausencia de imágenes en el templo tras el asalto sufrido durante la Guerra Civil. El arcipreste Julio Guzmán consiguió su donación por parte de las monjas del Hospital de San Juan de Dios, de Arcos de la Frontera, Cádiz. Mucho antes de recabar en Huelva y de encontrarse en la capilla del citado hospital, el Cristo del Perdón fue antaño titular de la cofradía de la Vera+Cruz de Arcos de la Frontera. La imagen se data a comienzos del s.XVI y su antigua cofradía lo atribuye al imaginero sevillano Andrés Ramírez. Sin embargo, los compañeros de La Hornacina entre otros expertos atribuyen el tallado de la mascarilla a la autoría del imaginero genovés, afincado en Cádiz, Francesco Maria Maggio.
