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Un viaje en el tiempo a través de la Virgen de los Ángeles

En esta semana la Virgen de los Ángeles ha cumplido 75 años bendiciendo con su sonrisa a todo el pueblo onubense. Una efemérides que la Hermandad de la Borriquita ha celebrado con diversos cultos que culminaron en la tarde de ayer con el Rosario Glorioso que presidió la Santísima Virgen por las calles de la feligresía de San Pedro. Unos cultos que nos han permitido contemplar a la Virgen de los Ángeles con una impronta propia de hace décadas, permitiéndonos hacer un viaje al pasado a través de sus vestimentas.

Tal y como sucediera hace una semana con su hermana la Virgen del Amor, su vestidor -Antonio Rivera- ha ataviado a la titular de la Borriquita tanto para la función y posterior besamanos, como para el rosario, de manera que nos hacía recordar las vestimentas que lucía la imagen desde que la realizara Antonio León Ortega hasta principios de los años 90. Un trabajo realizado gracias al estudio del material fotográfico de la época, adaptando el estilo de la vestimenta a la técnica actual a la hora de ataviar una imagen.

Nuestra Señora de los Ángeles ha lucido en estos dos cultos sus sayas más antiguas, las realizadas a partir de un traje de luces del diestro Miguel Báez Litri, y la realizada con un traje de luces de Julio Aparicio. Sayas ceñidas a la cintura por un cordón de oro como era propio en aquella época. Sobre sus sienes portaba su tradicional diadema, presea que desde 1958 ha labrado la identidad de la Virgen de los Ángeles. Pero lo que más ha llamado la atención en estos días y ha causado mayor alegría entre los hermanos de la cofradía del Domingo de Ramos ha sido la manera de presentar el tocado y pecherín de la imagen. Dejando ver ampliamente la cabellera de la Virgen, con una sencilla toca sobre la misma y el manto partiendo desde lo hombros para el besamanos y con un pecherín con blondas y pliegues que se usaban con asiduidad a finales de los 70 y durante los 80 para el rosario.

Una vestimenta que se completaba en el cambio para el rosario vespertino con los icónicos pendientes, seña de identidad que durante décadas lució la Santísima Virgen y que dejó de usar a principios de los años 90. Unos pendientes que han hecho esbozar una sonrisa tanto a los mayores del lugar, sacando a la luz sus recuerdos junto a la Virgen, como a los más jóvenes, que veían por vez primera en color esas fotografías en blanco y negro donde había podido ver a la Virgen luciendo estas joyas. Todo un viaje al pasado gracias a la manera de vestir a la Virgen de los Ángeles.

Sergio Borrero
Director de CuartoTramo.com, el diario digital cofrade onubense. Hermano de la Hermandad de la Borriquita

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