María Santísima de los Dolores ya porta en su pecho el amor de toda Huelva
Si la mañana junto a María Santísima de los Dolores fue extraordinaria, la tarde junto a la dolorosa servita no le fue a la zaga. La plaza de la Constitución fue el escenario donde toda Huelva, representada en su corporación municipal, mostraba su amor a la Virgen de los Dolores en forma de medalla.
Unas horas después de llegar a la Parroquia de la Purísima Concepción, la Virgen de los Dolores abandonaba el templo camino del ayuntamiento. Unas horas durante la que la priostía de la Hermandad de los Judíos retiró los respiraderos de madera tallada para colocar los que Juan Manuel Rodríguez Ojeda bordara a juego con el resto del paso de palio, dejando atrás la estampa extraordinaria que vimos por la mañana y recuperando su impronta habitual. Al cortejo que antecedió el paso de la dolorosa por la mañana se le sumó en esta salida el alcalde de Huelva bajo mazas.
Poco antes de llegar a la plaza de la Constitución, la Virgen abandonó su itinerario unos instantes para acercarse al Convento de las Madres Agustinas, quienes esperaban a la dolorosa servita a las puertas del mismo junto a la Hermandad de la Buena Muerte. La Banda de Música de Nuestra Señora del Carmen de Villalba del Alcor era la encargada de poner sus sones en las procesiones del turno de tarde, siendo la Municipal de Huelva la que acompañaría musicalmente el acto de imposición de la medalla.
Un acto que presidió María Santísima de los Dolores a las puertas del Ayuntamiento de Huelva elevada sobre un escenario dispuesto para la ocasión, entre banderas de Huelva y con el logo del 250º aniversario de la Hermandad. Las diferentes autoridades civiles y militares de la ciudad acompañaron a los hermanos de la cofradía del Jueves Santo durante el acto, así como las representaciones de las diferentes hermandades de la ciudad y hermandades servitas invitadas. Tras la lectura del decreto por el que se concedía la Medalla de Huelva a la Virgen de los Dolores y las palabras de D. Jaime Jesús Cano, vicario episcopal, y Fernando Carvajal, hermano mayor de la cofradía; el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, subió al paso de palio para imponer sobre el pecho de la dolorosa la Medalla de Huelva.
Una vez finalizado el acto se inició la procesión extraordinaria propiamente dicha. Una procesión dividida en dos partes. Una oficial que llegaría hasta la Iglesia de la Esperanza, durante la que las distintas representaciones acompañaron el procesionar de la Virgen de los Dolores, y otra popular hasta la recogida de la dolorosa en su sede canónica, la Santa Iglesia Catedral. Durante este trayecto, se vivieron momentos emocionantes como la llegada del palio al Convento de las Hermanas de la Cruz, una estampa única que no vemos en Semana Santa, o la entrada de la Virgen de los Dolores en la iglesia de Santa María de la Esperanza, donde fue recibida por la cofradía del Miércoles Santo.