La sierra de Huelva ya reza a la Virgen del Rocío
La devoción a la Virgen del Rocío vivió un nuevo hito ayer domingo con la bendición del primer altar dedicado a la patrona de Almonte en la Sierra de Huelva. Un altar que se ha levantado en la Parroquia de Santa Marina de la preciosa localidad de Valdezufre, perteneciente al municipio de Aracena, y que preside un lienzo realizado por el joven pintor de Mairena del Alcor Pedro Castro Rojas.
La bendición de este retablo en honor a la Virgen del Rocío corrió a cargo del obispo de Huelva, D. Santiago Gómez. Al acto acudió también el presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Santiago Padilla, así como el presidente de la Asociación Amigos del Camino del Rocío a Santiago de Compostela, Carlos Luis Quintero, miembros de la Hermandad Sacramental de Santa Marina de Valdezufre y demás autoridades civiles de la localidad. Este nuevo altar a la Blanca Paloma ha sido erigido gracias al discurrir del camino bidireccional del Rocío a Santiago de Compostela, un hecho que ha convertido a la Parroquia en punto de encuentro y oración para cientos de peregrinos que ya discurren por este camino que atraviesa la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Durante el acto, la Hermandad Matriz depositó en el altar, a modo de reliquia, uno de los ramos de flores que lució la Virgen del Rocío en la visita de los reyes de España en febrero de 2020.
El retablo, de madera dorada y marmoleada y presidido por el escudo de San Juan Pablo II, el papa rociero, está presidido por una pintura al óleo realizada por Pedro Castro Rojas. La Virgen del Rocío se presenta ocupando el centro de la composición, luciendo flores en tonos amarillos y blancos, los colores del Vaticano. El Espíritu Santo en forma de paloma se sitúa en la parte superior del cuadro, inundando toda la escena con su luz. Bajo los pies de la sagrada imagen se disponen ángeles portando algunos de los atributos marianos más significativos: las azucenas en alusión a la pureza; la rama de olivo como símbolo de la reconciliación y la Nueva Alianza que comienza con el «Fiat» de la Virgen; y la Rosa Mística, que figura la fragancia de su gracia plena.