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La luz del sol llenó de luz el traslado de la Virgen de los Dolores a la Concepción

La jornada comenzaba en la Vega Larga al filo del medio día con el traslado de María Santísima de los Dolores a la Parroquia de la Purísima Concepción. Un traslado tan extraordinario como la efeméride que se celebraba y cuyo protagonista fue el sol y su luz, que nos permitió descubrir en toda su máxima expresión el sereno dolor del rostro de la Señora y la maestría del bordado que Rodríguez Ojeda dejara en nuestra ciudad.

A las doce se abrían las puertas de la Santa Iglesia Catedral y un breve cortejo hacía su salida, antecediendo a la Virgen de los Dolores. La cruz alzada seguida del Simpecado Servita marcaban el caminar del traslado, seguidos por las presidencias del paso. En ella se encontraba una representación de la Diputación de Huelva, como suele ocurrir en cada procesión que celebra la Hermandad de los Judíos, administración tan íntimamente ligada a la cofradía en estos 250 años de historia. Bajo un sol radiante que se reflejaba en la fachada del templo mercedario, salía a la calle el paso de palio de la Virgen de los Dolores a los sones de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva. Unos sones que compartieron protagonismo con la Coral de la Merced durante todo el recorrido.

El paso de palio presentaba la gran novedad de portar los respiraderos del paso del Cristo del Buen Viaje. Una estampa que nos hacían recordar esas postales de principio de siglo, antes de que Rodríguez Ojeda desembarcara en la hermandad, cuando el palio de la Virgen de los Dolores lucía respiraderos de talla dorada. María Santísima de los Dolores lucía de estreno su nueva saya bordada en oro sobre terciopelo azul marino por Manuel Solano, así como diferentes preseas ofrendadas por hermandades e instituciones en estos días previos a la salida.

Sergio Borrero
Director de CuartoTramo.com, el diario digital cofrade onubense. Hermano de la Hermandad de la Borriquita

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