Así ha evolucionado el paso procesional de San Sebastián
A lo largo de su historia, la imagen de San Sebastián ha recorrido las calles de Huelva sobre diferentes pasos procesionales. Hoy, en estos días de vísperas de la festividad del patrón, haremos en CuartoTramo.com un recorrido por las diferentes andas que han portado a la talla que Enrique Pérez Comendador realizara en el año 1940.
Su primer paso fue adquirido en 1943 por el Ayuntamiento de Huelva, a fin de dar un mayor realce a la procesión de San Sebastián. Se trataba de unas andas procesionales realizadas por el tallista Antonio Delgado Jiménez en 1937 para la Hermandad de la Oración en el Huerto. El paso, de madera oscura, presentaba unos respiraderos profusamente tallados con grandes cartelas y una canastilla mucho más sencilla, de líneas rectas y con apenas unas molduras talladas. Se iluminaba con cuatro candelabros de guardabrisas, conservados del anterior paso de la cofradía que fue adquirido a la Hermandad del Buen Fin de Sevilla y que fue destruido durante la guerra.
Dicho paso, quizás por su propiedad municipal, fue ampliamente usado por las hermandades de penitencia onubenses que en dicha década de los años 40 comenzaban a ver la luz. Hasta realizar sus propias andas, este paso procesional portó en diferentes años a las imágenes titulares de las hermandades de la Borriquita, Mutilados, Tres Caídas, Victoria o Descendimiento. La última imagen en procesionar sobre él sería la Virgen de la Resignación, cuando ya San Sebastián había dejado de usarlo.
El día de la festividad del patrón se bendijo en 1959 el templo que desde entonces es su casa, la Parroquia de San Sebastián. A partir de este momento, en unos años en los que las fiestas patronales comenzaban a languidecer, la Hermandad de los Mutilados, trasladada a este templo en 1960, comenzó a hacerse cargo de la procesión del patrón. Es entonces cuando comienza a salir cada 20 de enero sobre el paso de misterio del Cristo de la Victoria, tallado por Miguel Yacer. Sobre estas andas procesionaría más de una década.
En 1978 sería la otra cofradía del templo, la Hermandad de los Estudiantes, la que comenzaría a hacerse cargo de los cultos a San Sebastián. A partir de entonces el Santo Patrón comenzó a procesionar sobre el fugaz paso del Cristo de la Sangre, realizado en 1975 por Luis Barrios y Abundio Cuenca. Para su salida, se sustituían los sobrios hachones de las esquinas por jarras de orfebrería con flores. También procesionaría en 1994 sobre el actual paso del crucificado que realizara Guzmán Bejerano.
San Sebastián volvería a tener un paso en propiedad en 1995. Gracias a una subvención concedida por la corporación municipal, la Hermandad de los Estudiantes encargó al orfebre Manuel de los Ríos la realización de unas andas de pequeñas dimensiones compuestas de respiraderos, peana y candelabros de guardabrisas, piezas que han llegado hasta nuestros días. 1995
Este paso se vería modificado a inicios del nuevo milenio con la realización de los respiraderos de orfebrería para el paso de palio de la Virgen del Valle. La cofradía estudiantil, pensando también en la procesión de su titular San Sebastián, decidió encargar al taller de orfebrería de Hijos de Juan Fernández los cuatro respiraderos del paso, a diferencia de lo que es habitual en los pasos de palio, con la idea de utilizarlos también para la procesión del patrón. De esta manera el paso de San Sebastián crecía en dimensiones, pasando los antiguos respiraderos de 19XX a utilizarse como la pequeña canastilla que podemos admirar en la actualidad.
Estos han sido los pasos que ha tenido, pero, ¿y lo que pudo haber sido? Gracias a la exposición digital que publicó el Archivo Histórico Municipal el pasado año pudimos conocer dos bocetos de dos propuestas de paso que nunca vieron la luz. El primero de ellos data del año 1992, realizado por el tallista y dorador onubense Luís Barrios, mientras que el segundo data de 1993 y lo realizó el tallista Manuel Guzmán Bejarano.