Huelva se rinde a las plantas de la Virgen de la Bella
Comenzó el camino para la Hermandad filial de la Bella de Huelva. Un camino de especial este año, al cumplirse el décimo aniversario de la erección canónica de la hermandad. Un camino de estrenos, en el que por vez primera acompañarán a su nuevo Simpecado. Y un camino de fe y devoción, de contar las horas y los kilómetros que separan a los romeros onubenses de la patrona de los leperos.
La Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús acogía al alba la Misa de Romeros de la hermandad. Una hermandad que espera la confirmación del cambio de su sede canónica desde San Rafael Arcángel hasta el templo del Polvorín, donde ya celebró hace unas semanas sus cultos y donde fue bendecido el gran estreno de este año, el nuevo Simpecado de la Bella de Huelva. Desde primera hora, las calles aledañas al templo se iban llenando de hermanos y devotos. Un día de gran ambiente romero en el barrio del Polvorín, pues si a primera hora salía la Bella, en horario vespertino hará lo propio la otra hermandad de gloria con sede en el templo, la Hermandad de Montemayor.
El Simpecado fue entronizado en la carreta que lleva los colores de Huelva hacia Lepe. Una carreta exornada con varios bouquets cónicos con un variado y muy colorido exorno floral y de cuyas columnas colgaban cintas con los colores de las banderas de Huelva, Andalucía y España. También colgaban de ellas las medallas de las hermandades vinculadas con la corporación onubense, como Emigrantes o San Isidro de Cartaya. El Simpecado bordado en oro sobre terciopelo azul por el lepero Daniel Prieto González y en cuyo centro destaca una pintura de la Virgen de la Bella realizada por el también lepero Ramón Martín rodeado por una orla de orfebrería de los Hermanos Cosano lucía bellamente bajo la cúpula azul de su carreta, moviéndose al son de las campanillas que anunciaban la llegada de la hermandad.
Los cohetes resonaban en el cielo onubense anunciando la salida de la hermandad. Numerosos romeros acompañaron al Simpecado durante su rápido recorrido por la ciudad, siendo varios los carros tradicionales que formaban fila tras el Simpecado, haciendo crecer cada año la comitiva de la hermandad. Bajo una lluvia de pétalos la hermandad daba sus primeros pasos por su nuevo barrio del Polvorín, a sones de las sevillanas que desde los balcones se entonaban en honor a la Virgen de la Bella, patrona de Lepe.