El barrio del Polvorín despidió a su Hermandad filial de Montemayor

Como cada segundo domingo de mayo, la localidad de Moguer se prepara para vivir su Romería junto a la Virgen de Montemayor. Como cada segundo viernes de mayo, sus hijos onubenses partieron en la tarde de ayer hacia tierras moguereñas para reencontrarse con Nuestra Señora de Montemayor Coronada y disfrutar un año más de su romería.

A las cinco de la tarde daba comienzo la Misa de Romeros en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Una misa particular, pues la casualidad quiso que este día de salida coincidiera con la Pontifical de la Hermandad de la Sagrada Cena con motivo de su 75º aniversario, por lo que el altar mayor estuvo compartido por los titulares de la cofradía junto al Simpecado de Montemayor. Tras la eucaristía celebrada por D. José Manuel Barral y los vivas a la Virgen en la voz del hermano mayor, José Manuel Vélez, el Simpecado onubense abandonó las naves del templo para, bajo un sol de justicia, emprender su camino hasta Moguer.

Un camino que realizaría sobre su nuevo carretón, en fase aun de ejecución. Tras estrenarse el pasado año, para esta romería la hermandad onubense estrena el tallado de las cartelas laterales, las guirnaldas de flores que cuelgan entre las columnas y los candelabros de guardabrisa que rodean todo el perímetro. Unos trabajos que se encuentra ejecutando el tallista onubense Rafael Borrero y que continuará en los próximos años. El carretón lucía un colorido exorno floral, dispuesto en pequeños bouquets en las jarritas del techo y varios centros por el suelo, a los pies del Simpecado que bordara Francisco Contioso.

Entre los cantes de sus hermanos y peregrinos, la hermandad se despidió de su barrio del Polvorín y emprendió el camino hacia Moguer tras un breve recorrido  por la ciudad que le llevó directo a la salida de la misma. Tras la pernocta en la Rábida, hoy sábado tendrá lugar el reencuentro con la Virgen de Montemayor.