📸 Galería | Besamanos a Nuestra Señora de las Angustias
La Hermandad del Santo Entierro ponía el punto y final a sus cultos de septiembre en honor a la Virgen de las Angustia con la celebración del besamanos a su titular. Regresaba de esta forma la celebración de este culto al céntrico e histórico templo, quedándose atrás la época de las veneraciones.
La Virgen de las Angustias se situaba a los pies del presbiterio de la Ermita de la Soledad, elevada sobre una sencilla peana y enmarcada por el mismo dosel negro dispuesto para el triduo. Dos pequeños doseles negros a cada lado sobre sendas credencias cobijaban a un bouquet de rosas y claveles rosas y varias piezas de candelería. Los faroles del paso de palio terminaban de poner la luz a este lúgubre culto.
Nuestra Señora de las Angustias lucía en esta ocasión por encima de sus ropajes tallados un manto de terciopelo morado y toca de sobremanto de malla dorada. Sobre sus sienes portaba la corona de Soledad de María, cincelada en 1966 por Jesús Domínguez. Los ángeles cedidos por la Hermandad de la Buena Muerte sostenían a cada lado la corona de espinas y el sudario.