Una fría mañana de enero junto al patrón San Sebastián
Un año más Huelva no faltó a su cita con su santo patrón. Tampoco lo hizo el frío de una mañana de enero. La ciudad vivió una de sus jornadas más clásicas y llenas de onubensismo acompañando a San Sebastián. Una procesión que se vive cada año entre palmitos, abrigos y pasodobles toreros.
La jornada comenzaba en la Parroquia de San Sebastián con la Función Solemne al patrón, presidida por el obispo de Huelva D. Santiago Gómez. A su término se iniciaba la procesión, estando representadas en la procesión la mayoría de hermandades de gloria y penitencia de la ciudad, así como las distintas autoridades militares y civiles con el alcalde bajo mazas. Delante del paso, tras la presidencia, se colocaba el propio obispo, acompañado por varios canónigos de la Catedral. Agentes de la policía local vistiendo el traje de gala daban escolta a las andas procesionales.
San Sebastián lucía sobre su paso procesional, que estrenaba el nuevo suelo dando una imagen más solemne a vista de ventanas y balcones. Lucía también como novedad la inclusión junto al Santo de los candelabros de entrevaral cedidos por la Hermandad de los Mutilados. Tras él, la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno era la encargada un año más de poner la nota musical de la procesión. Unos sones que no fueron los únicos que pudimos escuchar durante la mañana.
A la llegada de la procesión a la rotonda de la Dinastía de los Litris era la Banda Sinfónica de Huelva la que interpretaba unos pasodobles, mientras que al paso del patrón por la calle Madrana era un coro de palilleras a sones de Mi Huelva tiene una Ría las que dejaban una curiosa estampa. En dicha calle se repitió como en años atrás una petalá en honor al patrón.