Huelva impone su medalla sobre el pecho de la devoción dolorosa más antigua de la ciudad
Huelva saldó su deuda con la devoción dolorosa más antigua de la ciudad. Los muros de la Ermita que hace más de 450 años vieron nacer la devoción a la Virgen de la Soledad han sido testigo en la mañana de hoy sábado del acto de imposición de la Medalla de Huelva a la imagen de Soledad de María. Un acto previo a la salida extraordinaria que tendrá lugar con motivo de la citada reseña histórica.
El alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, junto al hermano mayor de la cofradía oficial de la Semana Santa onubense, Javier Mesa, fueron los encargados de subir al palio negro para colocar sobre el pecho de la dolorosa la medalla. Una medalla que instantes previos había sido bendecida por D. Longinos Abengózar, capellán de Santa María de la Esperanza. Ante las caras de emoción de los hermanos que ocupaban los bancos de la pequeña ermita, se reconocía a todos los onubenses que durante siglos han puesto sus vidas y su alma en manos de la Soledad.
Un sencillo acto que fue seguido del traslado de la dolorosa a la Mayor de San Pedro, donde se celebrará ya en horario de tarde una Solemne Pontifical presidida por nuestro obispo como clausura de los actos conmemorativos del 450º aniversario de la reseña histórica más antigua que hace referencia a la Virgen de la Soledad. El palio negro, bordado en oro por Jesús Rosado siguiendo el diseño del primitivo palio de Ojeda recibía los rayos del sol al cruzar el dintel de la Ermita. La luz de Huelva acentuaba los rasgos de la dolorosa dejando estampas nunca antes vistas en la tarde del Viernes Santo.
El corto traslado que separa la Ermita de la Soledad de la Parroquia Mayor de San Pedro contó con el acompañamiento musical de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva.