El Dulce Nombre de Jesús, entre zambombas, palillos y panderos
El pasado día 4 de enero las calles de Huelva se llenaban de la magia y la ilusión de una atípica Cabalgata de Reyes Magos. Una jornada de marcado sabor navideño que en el casco histórico tenía su contrapunto cofrade con la tradicional procesión del Dulce Nombre de Jesús de la Hermandad de la Misericordia, la primera de las procesiones del nuevo año que justo acaba de comenzar.
A las cinco de la tarde se abrían las puertas de la Iglesia de la Misericordia. La calle Rábida comenzaba a llenarse de cofrades y curiosos que apuraban las últimas compras antes de reyes. A lo lejos, los sones de la cabalgata servían de hilo musical mientras el cortejo comenzaba a abandonar el templo de la cofradía del Jueves Santo. Siguiendo el tintineo de las campanillas de la cruz alzada dos filas de mayores y pequeños portando cirios iluminaban el caminar del Niño Jesús. También acudieron a esta primera cita cofrade del año varias representaciones de grupos jóvenes.
Pasados unos minutos hacía su aparición las andas del Dulce Nombre de Jesús, que lucían por segundo año el templete de madera dorada y estilo gótico adquirido por la Hermandad de la Misericordia el pasado año, dando así un mayor realce a la presencia del Niño Jesús por las calles de la ciudad. Cuatro hurricanes en las esquinas daban luz al pequeño paso, iluminación que se complementaba con las luces de Navidad que decoraban las calles por las que discurrió la procesión. Al igual que el año pasado, fueron los sones de la Agrupación Musical Santa Águeda de Villalba del Alcor los que acompañaron en su caminar al Dulce Nombre de Jesús en un recorrido que le llevó desde su templo hasta el Convento de las Hermanas de la Cruz, pasando por la Iglesia de Santa María de la Esperanza o por la vecina iglesia de la Milagrosa.
