La Buena Madre procesionó un año más por las calles de Huelva acompañada por toda la familia marista
Viernes de procesión escolar por el entorno de las parroquias de San Sebastián y San Pedro. La Agrupación Marista de la Buena Madre celebró un año más la salida procesional de su titular por las calles aledañas al Colegio Colón de los Hermanos Maristas, una procesión de marcado carácter juvenil que desafió al calor de una casi veraniega tarde de mayo.
A las cinco y media de al tarde se abrían las puertas del centro escolar para dar comienzo la salida. Pequeños alumnos del centro y aquellos que este año han celebrado su primera comunión vistiendo sus galas seguían el camino que marcaba la cruz parroquial. Jóvenes de las hermandades de Pasión y la Victoria acompañaron también a la agrupación marista en este su día grande. antecedía al cortejo litúrgico un servidor portando en sus manos la reliquia de San Marcelino Champagnat, fundador de la Congregación de los Hermanos Maristas.
A los sones de la Banda de Música Virgen de Consolación de Huelva, que se estrenaba este año tras la Buena Madre, la joven cuadrilla de costaleros avanzaba con paso decidido para buscar la Parroquia de San Sebastián. La Buena Madre procesionaba sobre su coqueto paso, adquirido años atrás en la provincia sevillana, bajo su templete de madera dorada rodeada de cuatro ángeles. Un elegante exorno de rosas rosas completaba el conjunto de las andas, cuyo dorado brillaba con el sol de la tarde entre los naranjos que completaban la escena por las calles del barrio de San Sebastián.
Tras bajar la cuesta de las Tres Caídas, el cortejo se adentraba en el barrio de San Pedro recibiendo la Virgen en su entrada a la calle La Fuente una lluvia de pétalos. A su paso por la Ermita de la Soledad, la Hermandad del Santo Entierro recibió corporativamente a la imagen letífica, con su Virgen de la Soledad entronizada ya en su paso de palio de cara a la extraordinaria jornada que vivirán hoy.