Mayo florece en el barrio de Pérez Cubillas junto a la Virgen de la Salud Gloriosa
Broche de oro a los cultos anuales que la Hermandad de la Salud celebra en honor a su primitiva titular, Nuestra Señora de la Salud Gloriosa. Tras el triduo celebrado días atrás, la titular letífica de la cofradía recorrió las calles de su bario de Pérez Cubillas, de la que es protectora, recibiendo el cariño y la devoción de toda su gente.
A las ocho de la tarde las puertas del anexo parroquial se abrían y los sones de flauta y tamboril inundaban las calles del barrio. Tras el tamborilero la Tau franciscana abría el cortejo de hermanos y pequeños del barrio vestidos de flamenca que antecedían las andas procesionales de la Virgen de la Salud. Un paso que crecía en dimensiones respecto a años atrás, usándose la mesa del futuro palio de la Virgen de la Salud dolorosa. Con respiraderos de tela azul, iluminaban a la Virgen de la Salud Gloriosa cuatro candelabros de orfebrería en cada esquina, junto a varias piezas de candelería dispuestas ante la talla y sendos faroles en los costero. Cuatro jarras con un variado exorno floral en tonos blancos y rosas y un friso a lo largo de la mesa decoraban las andas. La Virgen de la Salud se elevaba sobre la peana del patrón San Sebastián.
La Virgen de la Salud, imagen de talla completa, lucía corona de metal sobredorado realizada por Jesús Domínguez en los años ochenta. El Niño Jesús que lleva en sus brazos lucía corona a juego y portaba un clavel blanco en us mano. La imagen recorrió las calles de Pérez Cubillas a los sones de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva.