📸 Galería | Besamanos a Soledad de María
En la Ermita de la Soledad, en puertas de un año tan especial para la Hermandad del Santo Entierro en el que pondrá fin a la conmemoración del 450º aniversario de la primera referencia de la devoción a la Virgen de la Soledad, la dolorosa de la cofradía bajaba de su hornacina para que todos sus devotos pudieran besar su mano.
La Virgen de la Soledad se situaba en el presbiterio del templo, quedando a su espalda el altar de triduo que ocupó días atrás y que ahora aparecía presidido por el Simpecado de la cofradía. A cada lado de la dolorosa se colocaban dos pequeños doseles en los que se disponían dos grandes cornucopias, en cuyos espejos se reflejaban los perfiles de la Virgen en un llamativo efecto. Dos faroles de mano y dos candelabros del antiguo paso de la urna daban luz al montaje, que se completaba con dos bouquets de flores blancas elevados sobre columnas.
La imagen de Soledad de María estrenaba para la ocasión la nueva saya bordada en oro sobre terciopelo morado por Concha Caro, acompañada por el manto de camarín que se bordara en el taller de la propia hermandad. La corona de salida, realizada por Jesús Domínguez, completaba la vestimenta de la imagen.